lunes, 4 de abril de 2011

Masella, siempre en mi corazón.

Quizás no he viajado tanto como muchas otras personas, pero sí que he viajado. Y, sinceramente, nunca pensé que un viaje llegase a ser tan especial. Cada mañana amanecías con ganas de comerte el mundo junto a esas personas que lo dan todo por ti. Cada día; muchísimas fotos, muchísimas miradas que lo decían todo, muchísimas sonrisas, muchísimas carcajadas. Tal vez ha sido especial porque estuve con esas personas, o tal vez porque conocimos a otras personas. Sea como sea, ha sido un gran viaje. Agotador, pero un gran y bonito viaje. Ahora solo nos quedará recordarlo siempre, cada día. Y eso es lo que hago, junto a una inmensa sonrisa.

viernes, 25 de marzo de 2011

Desgraciadamente, la rutina de casi todos los días.

En este mundo hay personas malas. Hay personas buenas. Hay personas que no sé sabe si son malas o buenas (incluso ni ellos mismos lo saben). Personas que te quieren hacer sufrir y personas que te hacen sufrir inconscientemente. Y hoy, me refiero a esas persona que te quieren hacer sufrir; porque saben que con lo que te van a atacar, a ti te afecta. Porque cuando conoces a una persona, en realidad no te imaginas como puede llegar a ser. Le das tu mano. Al principio es fantástico, van habiendo cosas en común. Y poco a poco eres tú misma quien deja de darle la mano, y te atreves a darle el brazo. Pensando que así le demostrarás que ya puede confiar plenamente en ti. Pero luego comienzan los errores, y seguido de los errores, las disculpas. Y lo peor de todo es que los errores van siendo más y más y más, y cada vez más seguidos. Hasta que por fin abres los ojos, y te das cuenta de que no son errores, no es que lo que haya dicho o hecho te haya molestado sin que esa persona lo haya hecho con esa intención. No. Lo que pasa es que se ha ido riendo de ti. En tu propia cara. Le has dado tu total confianza para que esa persona solo juegue con ella. Y ahora, ¿qué puedes hacer? Nada, aprender y andar con ojo, con mucho ojo. Porque a veces, no basta con ver a alguien soltando una carcajada para demostrar que se está riendo. A veces, las carcajadas son internas.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Ella siempre en todo, él pasando de todo.

Ella, llevaba mucho tiempo esperando a que llegara ese momento. Ese momento en el que cogería su maleta, y se iría de viaje. Un viaje de 3 días, sí, pero un viaje. Y un viaje donde no viajaría sola, sino con su familia, pero seguía siendo un viaje. En realidad, tenía muchísimas ganas de ir, pero a la vez no, pues sabía que en su destino de viaje, habría una persona que estima pero a la vez odia. Sentimientos extraños. Al llegar, casi no se lo podía creer. Después de tantos años sin ir a esa isla, al fin estaba en ella. Y es que en realidad, al principio de estar allí, ni siquiera recordaba a esa persona. Pero llegó la tarde, y junto a la tarde llegó el momento de reunirse con esa persona. "No, no puede ser. Cuánto ha cambiado..." -decía para sí misma. A pesar de su cambio, en realidad, seguía teniendo la misma cara que cuando tenía 4 o 5 años. La misma cara de niño inocente, pero que en realidad era muy travieso. Y de pronto, comenzó a llenarse su mente de recuerdos. Recuerdos que seguramente él no recuerda, o no quiere recordar. Pero en cambio ella seguía allí, de pie, contemplándole. Y obviamente, recordando. Ellos corriendo. Ellos en la playa. Ellos jugando al escondite. Ellos tomándose un helado. Ellos viendo los dibujos animados. Ellos gritando y riendo sin parar. Ellos de paseo por el pueblo. Ellos en su "club privado". Ellos jugando. Ellos contando historias de miedo mientras estaban en la cama contemplando la oscuridad de la habitación. Y muchísimos, muchísimos recuerdos más. Hace tiempo que la relación entre ellos no es la misma. Quizás porque él ha querido, o quizás porque ella habrá cambiado. O habrán cambiado los dos. El caso es que todos esos recuerdos se han quedado para siempre en eso, en recuerdos. A ella, le encantaría cambiar esa situación. Pero, ¿cómo? En cambio él, básicamente se decanta por pasar de todo. Y ella, como siempre, preguntándose: "¿Por qué has cambiado? ¿Por qué no puedes seguir siendo la persona que siempre todos hemos querido? ¿No te das cuenta que tu "nuevo mundo" te está afectando? Crees que todo lo que haces ahora está bien, ¿no? ... " Y nunca halla respuesta. En cambio los demás familiares piensan que él cambiará. Tarde o temprano, pero cambiará. Y ella, pensando como de costumbre, piensa: "Pobres ilusos..." Esos 3 días allí le sirvieron de mucho. Aunque haya tenido que volver al pasado y recordar momentos que ahora le hacen daño. Pero le ha valido la pena. Y ahora, es cuando ella dice: "Espero que todo te vaya bien, y que cuando abras los ojos, no sea demasiado tarde... Porque aunque tú no lo creas, puede serlo."

lunes, 21 de marzo de 2011

Cuando...

Cuando el mundo se te viene encima. Cuando sientes millones de kilos sobre ti. Cuando pierdes las esperanzas, las ilusiones. Cuando te encantaría retroceder en el tiempo. Cuando desearías ser otra persona. Cuando solo quieres gritar hasta quedar afónica, llorar hasta quedarte sin lágrimas. Cuando te pasa todo eso y mucho más; solo tienes que tener valor, ser fuerte y luchar por tu felicidad. Hacerle frente a todo. Y si nada sale como has querido, no te agobies,jamás tires la toalla; pues no siempre es todo como uno quiere. Y cuando digo todo, me refiero a TODO.